Tu orgasmo es mío

Cuando su mano dejó de recorrer mis costados y se posó en mi pecho, un gemido se escapó de mis labios. Esto nunca sucedía en las reuniones. Nunca las disfrutaba, pero aquí me sentía como si estuviera en el cielo. Su palma sobre mi pecho era suave mientras me tocaba, pero ahora podía sentir cuánto se...

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