Capítulo dos

—Knox, tengo miedo...—mis palabras salen entrecortadas mientras empiezo a llorar y entierro mi rostro en mis manos.

Agarrando mi muñeca, él aparta mi mano de mi cara y desliza su palma contra la mía, entrelazando nuestros dedos una vez más.

—No voy a dejar que te pase nada—dice, apretando mi mano....

Inicia sesión y continúa leyendo