Capítulo diez

Al escuchar su voz, me quedo paralizada, con la mano aún alrededor del trozo de madera—reacia a soltar un posible arma, incluso sabiendo que si él me la quita podría usarla contra mí.

—Recuerda siempre, lo que uses, asegúrate de mantenerlo bien sujeto, porque si es un arma para ti, es un arma para ...

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