Capítulo 39 El final feliz de un vaquero

Miro a mi dulce Arizona durmiendo en mis brazos. Está cálida y desnuda, pegada a mi cuerpo. Aparto su cabello negro de su hermoso rostro, solo para poder mirarla. Ella suspira y se acurruca más en mí. ¡No puedo creer que finalmente sea mía! No puedo creer lo feliz que soy en este momento.

Esto es d...

Inicia sesión y continúa leyendo