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Aceptar la muerte llevaba consigo la ligereza de no preocuparse por nada, ni siquiera por lo que me pasaría.

—¿No es suficiente?

Asentí.

—Sabía que en Dăneşti, los machos no son como los de aquí. Son buenos en casi todo, y lo saben, así que no necesitan humillar a ninguna hembra para sentirse sup...

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