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Esperó otros dos segundos, todos los músculos de su cuerpo rígidos, conteniéndose al otro lado del mostrador, antes de aparecer justo a mi lado en un abrir y cerrar de ojos. Su aroma me golpeó fuerte, el rápido movimiento despeinó mi cabello. Giró mi cuerpo, colocándome frente a él. Abrió mis pierna...

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