39

Un minuto se alargó de manera imposible mientras Timon sopesaba sus opciones. Me apoyé en el árbol cercano, esperando su decisión. Desenvainé mi espada lentamente, observando cómo la plata brillaba a la luz. El Pícaro tragó saliva antes de que sus ojos se nublaran. De repente, los estruendosos sonid...

Inicia sesión y continúa leyendo