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El forro de satén del vestido burdeos que abrazaba mi cuerpo picaba donde me apretaba la cintura. Las mangas de encaje se recogían en el codo mientras me peleaba con la costura, como una espina que se clavaba en mi costado. El viento estaba rancio esta noche, y agradecía que mis piernas estuvieran e...

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