47

Un susurro apenas audible bajo el crujido severo de la madera que se rompía bajo la ira apenas contenida del Alfa fue todo lo que pude emitir antes de que mis grilletes fueran desatados del suelo. Mi fachada despreocupada nunca flaqueó. Se mantuvo cuando los rostros del Consejo se torcieron con fría...

Inicia sesión y continúa leyendo