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La música seguía siendo fuerte y divertida, y los lobos bailaban alrededor de las hogueras. El olor a eucalipto quemado era fuerte, al igual que el aroma de la carne que estaban asando y pronto servirían.

Parecían tan relajados, como si no hubiera machos patrullando cada kilómetro de la frontera; c...

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