145. ¿Hambriento de respuesta?

Todo el camino de regreso a PLK está sumido en un profundo silencio, y ni siquiera el ruido del tráfico puede perturbarlo. Abraham insistió en llevarnos a Carl y a mí personalmente en su coche. Quizás porque la presencia de mi empleado es un recordatorio constante de nuestros roles —que, en este mom...

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