155. «Preséntate ante mí».

Mi respiración se corta en la garganta y clavo mis uñas en mis muslos, buscando otra ola de dolor físico que me ancle. La anticipación arde entre mis piernas y el calor se extiende dentro de mí, obligándome a tomar una nueva bocanada de aire que llena mis pulmones con el aroma de Abraham.

Me inclin...

Inicia sesión y continúa leyendo