158. Un juego perdido

La ola de placer que me golpea es tan intensa que todo el aire es empujado fuera de mis pulmones, como si estuviera fuera del mundo, completamente incapaz de respirar. Lágrimas se acumulan en mis ojos, humedeciendo mis pestañas temblorosas, y sonidos agudos y finos se escapan de mis labios agrietado...

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