188. «¡Intenta respirar ahora!»

Milan intenta responder, pero el único sonido que logra emitir es un gruñido ahogado y húmedo. Su garganta palpita bajo los dedos de Abraham, su rostro se torna morado en cuestión de segundos. Sus piernas golpean el suelo inútilmente, y sus manos buscan apoyo, rasguñando el suelo de madera.

Pero el...

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