211. «Quiero que lo veas». (+18)

Felizmente, Abraham no tiene planeado castigarme esta noche.

En el siguiente instante, siento su lengua exactamente donde más la deseo, con un toque repentino, caliente y preciso... una lamida firme que comienza abajo y asciende hasta mi clítoris, haciendo que mi espalda se arquee y un gemido profun...

Inicia sesión y continúa leyendo