93. «Ven solo por mí».

Todo mi cuerpo entero tiembla, exhausto, mientras alcanzo mi quinto orgasmo desde que Abraham me dejó sola en la habitación. Mi garganta ya está dolorida por los gemidos que escapan uno tras otro, pero no puedo contenerlos… Estoy abrumada por olas de placer que van y vienen, hundiéndome cada vez má...

Inicia sesión y continúa leyendo