Capítulo 88

—Este cetro está maldito. En un instante, la habitación quedó en silencio.

Todas las miradas avariciosas, envidiosas y anhelantes que habían estado fijas en el cetro ahora se volvieron hacia ella.

La sonrisa engreída de Milo se desvaneció.

Soren, de pie junto a él, palideció y exigió con enojo—Ol...

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