CAPÍTULO 10

Capítulo 10

Isabel me llevó a mi casa después de todo lo que pasó en la oficina. Yo iba callada. No podía mirarla mucho. Me sentía extraña, y muy avergonzada.

Ella, en cambio, estaba tranquila. Como si nada hubiera pasado.

Cuando estacionó el auto, me miró de reojo y sonrió.

—¿Y entonces? —pregu...

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