CAPÍTULO 6

Capítulo 6

Me incliné, temblando. No podía creer que estuviera a punto de hacerlo, pero el calor entre mis piernas aún no se apagaba. Luciano me miraba desde su asiento, jadeando, con los pantalones bajados hasta medio muslo y su miembro completamente duro, grueso, palpitante frente a mí.

—Tranqui...

Inicia sesión y continúa leyendo