Capítulo 123

Desperté lentamente, con la cabeza palpitando como si me hubieran golpeado con un mazo. La luz fluorescente brillante me lastimaba los ojos. El terror me invadió al ver que estaba atada a una silla de metal, con bridas mordiendo mis muñecas y tobillos. La habitación a mi alrededor era una pesadilla—...

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