Capítulo 204

La brisa vespertina me acariciaba el rostro mientras luchaba por cruzar la cubierta del yate con mis tacones altos. Maldita intermisión de la subasta. Había pasado toda la noche revoloteando entre hombres ricos con mi copa de champán, buscando desesperadamente a mi próximo benefactor, pero sin éxito...

Inicia sesión y continúa leyendo