Capítulo 22

Los párpados se me abrieron al sonido de los dramáticos sollozos de Madre. La suite privada estaba tenuemente iluminada, pero pude distinguir la alta figura de Ethan junto a la ventana. Perfecto.

—¡Oh, querida!— Madre me agarró la mano, sus pulseras de Cartier tintineando. —¡Por fin estás despierta...

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