Capítulo 255

La luz de la mañana atravesó las cortinas como una cuchilla, cortando mi cara y arrancándome de un sueño sin sueños. Mi cabeza palpitaba sin piedad—castigo por la borrachera de whisky de anoche. Gemí, mi boca seca como papel de lija, moviéndome en la cama—y me congelé cuando mi mano tocó piel cálida...

Inicia sesión y continúa leyendo