Capítulo 270

La luz del sol atravesaba las cortinas medio cerradas, y al abrir los ojos, momentáneamente olvidé dónde estaba. Después de unos segundos, me di cuenta de que estaba en casa, en Boston. Al tomar una respiración profunda, aún podía oler el detergente familiar de mi infancia en la funda de la almohada...

Inicia sesión y continúa leyendo