Capítulo 53

La atmósfera en el comedor era sofocante. Mecanicamente apuñalaba los huevos Benedict intocados en mi plato, viendo la yema salir como mi estado de ánimo actual. El dolor entre mis piernas era un recordatorio constante de la locura de anoche. Maldita sea, dolía. Maldito seas, Ethan.

La señora Brown...

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