Capítulo 9

Kyle Denver

—La boda es en un mes y Catherine se quedará aquí en Toronto hasta entonces. Tendremos la boda aquí antes de que ustedes dos se muden a Los Ángeles para siempre —dijo mi abuelo con un tono serio. Lo miré, completamente disgustado con la idea que nos acababa de dar.

—Les daremos un tiempo para hablar ahora —dijo Tim Ashton. Él y mi abuelo salieron de la habitación, dejándome a solas con Catherine, o debería decir... Dakota, mi exsecretaria. Ella se movió al asiento frente a mí y ambos nos miramos completamente sin palabras.

—Nunca pensé que nos volveríamos a encontrar de esta manera, señor Denver —dijo ella y comencé a observarla más detenidamente ya que estaba sentada justo frente a mí. Se había teñido el cabello de rubio y la forma en que vestía era completamente diferente a cuando era mi secretaria. Era correcta y se notaba en la forma en que se sentaba.

—Entonces... ¿Puedes explicar qué está pasando aquí? ¿Por qué no eres Dakota? ¡Eres la nieta de un maldito multimillonario, Dak- Catherine! —exclamé, completamente sin entender la situación.

—Es una larga historia, señor Denver. En resumen, me escapé de mi familia después de graduarme de Harvard y entré a trabajar en tu empresa. Me sentía incómoda usando mi nombre real porque la gente sabe quién es Ashton, así que... —intentó explicar, pero estaba un poco nerviosa.

—Oh Dios —dije, suspirando.

—¿Y tú? ¿Eres Kyle Denver o Jacob William? —preguntó y la miré.

—Soy ambos, puedes llamarme de cualquier manera. Puedes llamarme Kyle o Jacob, pero prefiero Jacob frente a la gente en Toronto. No me llames señor Denver, ya no eres mi secretaria —dije en un tono frío porque aún estaba procesando la situación.

—¿Por qué enviaste a Brad? —preguntó.

—¡Porque no quiero este arreglo! —exclamé completamente frustrado porque tengo que aceptar este arreglo o de lo contrario mi abuelo tiene otro plan en su agenda.

—¿Entonces qué vas a hacer al respecto? —preguntó.

—¿Estás de acuerdo con esto? —le pregunté y ella se encogió de hombros. La miré incrédulo y me levanté de mi asiento. Caminé hacia la ventana para calmarme.

—No podemos echar marcha atrás en este arreglo, Jacob. Lo sabes —dijo y me giré hacia ella.

—Podemos seguir adelante, pero recuerda... no eres nada, Catherine. Solo serás mi pequeña decoración dondequiera que vaya, igual que cuando trabajabas conmigo, pero la diferencia es... que tu título será mi esposa —le dije en un tono realmente frío. Ella me miró aburrida y bebió el vaso de agua frente a ella lentamente.

—No me importa mucho. Quiero decir, tú estarás trabajando en Nueva York y yo en Los Ángeles, así que... —se encogió de hombros y levanté las cejas.

—Entonces, ¿no te importa lo del matrimonio? Pensé que dijiste que no te gustaba la idea —le pregunté mirándola un poco sospechosamente.

—No me gusta, pero si tu idea de matrimonio es esa... no me importa. Quiero decir, podemos divorciarnos si queremos. Podemos terminarlo fácilmente porque no tenemos nada que nos ate —dijo y me senté frente a ella de nuevo.

—¿Estás segura? ¿No dijiste que tomarías el amor en serio? ¿Y que no tienes suerte en el amor? —pregunté cruzando los brazos frente a mi pecho.

—Al final del día, no funcionará. ¿Por qué te esfuerzas tanto en hacerme cambiar de opinión? No podemos echar marcha atrás en este arreglo. Nos divorciaremos algún día, así que... relájate —dijo con calma y me recosté en el sofá.

—¿Tienes novio? ¿Ex? ¿O...?

—¿Por qué quieres saber eso? —preguntó, mirándome con los ojos entrecerrados.

—Bueno... quiero saber. No quiero que mi imagen se arruine solo porque tienes un novio secreto o un ex loco —dije y ella negó con la cabeza.

—No te preocupes, estaba demasiado ocupada en la oficina de alguien organizando horarios y haciendo recados —dijo en un tono sarcástico y yo simplemente la ignoré. Se levantó de su asiento.

—¿Algo más, señor William? ¿Necesita su café? Se está poniendo gruñón —sonrió maliciosamente y yo negué con la cabeza.

—No te preocupes, no te ataré ni seré una esposa loca para ti si eso es lo que te preocupa. Podemos comprar una casa juntos y luego dividirla a la mitad después de divorciarnos. Tampoco usaré tu dinero, así que no nos quejaremos el uno del otro cuando nos divorciemos. ¿Algo más? —me sonrió dulcemente.

—No.

—Oh... puedes traer a tu amante siempre y cuando no te atrapen. No lo hagas en la casa tampoco... no me importará —dijo.

—Vaya... no puedo creer que estés tan metida en esto —dije soltando una risa sarcástica.

—No quiero pelear con mi familia, la condición de mi abuelo no es tan buena, así que... prefiero aceptar esto antes que ver a mi abuelo triste, lo que podría acortar su vida —dijo y tomó su bolso antes de caminar hacia la puerta.

—Catherine —la detuve.

—¿Qué?

—Mi abuelo es más inteligente de lo que piensas, no es fácil de engañar —dije advirtiéndole.

—Podemos actuar frente a él, no te preocupes. Me quedaré aquí por un mes y apuesto a que podemos engañar a cualquiera por un mes —dijo con confianza, lo que me hizo sentir un poco incómodo.

—¿Cuál es tu plan?

—Practicaremos para ello, no te preocupes —dijo y luego salió de la habitación. Tomé una respiración profunda y la solté. Todavía estoy frustrado y en shock por la situación.

No puedo creer que la chica con la que me voy a casar sea... mi propia secretaria.

Capítulo anterior
Siguiente capítulo