Capítulo 35

Capítulo Treinta y Cinco

Nina

—¡¿Quién demonios se atreve a hacer algo así?!— rugió el Alfa Aiden tan fuerte que pude escucharlo claramente a pesar de la distancia entre el jardín y el edificio de oficinas.

Rodé los ojos por su tono, sin sentirme ni un poco culpable o mal por haber roto los crista...

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