Capítulo 50

Capítulo Cincuenta

Nina

—Oh, al menos llegué al cielo después de todas esas molestias— susurré a la señora de cabello plateado que estaba inclinada sobre mi cuerpo mientras la miraba con ojos borrosos.

Parpadeé varias veces tratando de despejar la borrosidad para poder ver mejor al ángel que tenía...

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