Dictándola

En el momento en que Shah Mir colgó el teléfono, Aleezay salió corriendo hacia su habitación y se desplomó en la cama. Estaba llorando sin parar. No podía soportar el hecho de cómo ese hombre despiadado le estaba infligiendo su crueldad.

Él no mostraba ni una pizca de compasión hacia ella. Ni siqui...

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