Capítulo 118

Me senté así durante mucho tiempo. Mi espalda contra la puerta, mis rodillas recogidas contra mi pecho. El aroma de la vieja chaqueta de cuero de Tío Jake, mi único consuelo mientras dejaba caer la máscara de ira y me permitía llorar, sentir la pérdida, lamentarme. El dolor insuperable en mi pecho e...

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