38.

Hubo una pausa de cinco minutos, donde mis ojos estaban fijos en los de Alex y no dije nada. Tuve que reunir toda mi energía para no llorar.

—Lo siento, Alex —finalmente susurré, esforzándome para que mi voz no se quebrara—. Planeaste amar a la chica equivocada. No soy la indicada para ti.

El rost...

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