#Chapter 117 Me alegro de que hayas venido.

A la mañana siguiente, Doris se despertó con un dolor de cabeza tan fuerte que parecía mortal. William aún estaba a su lado con el brazo perezosamente sobre su cuerpo. Ella movió suavemente su brazo lo suficiente como para deslizarse fuera de su abrazo.

—Finalmente, estás despierta —dijo una voz de...

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