#Chapter 92 Aquí no confío en nadie.

—Doris...

El carruaje se detuvo bruscamente, Doris se despertó cuando William la atrapó para que no se deslizara de su asiento nuevamente.

—Ya llegamos.

Doris soltó lentamente sus brazos y asintió.

—¿Cuánto tiempo estuve durmiendo?

—Horas. Sabía que nuestro pequeño príncipe aquí tiene buenos ho...

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