Capítulo 51

Miro nuestras manos entrelazadas, sintiendo cómo la yema de su pulgar roza el costado de mi mano. Mi corazón se retuerce en mi pecho, la sensación enfermiza de amor y confusión atravesando mi corazón.

Algo en esto se siente tan correcto, como si Adrian y yo estuviéramos destinados a caminar tomados...

Inicia sesión y continúa leyendo