Capítulo 52

Adrián

Stella y yo no cruzamos miradas mientras nos dirigimos al aeropuerto. Puede que nos toquemos accidentalmente y que nuestros dedos se rocen al pasarnos algo, pero no nos reconocemos ni mencionamos lo que se dijo anoche.

La verdad es que no puedo evitar admitir que no he dejado de pensar en l...

Inicia sesión y continúa leyendo