196. La oscuridad

Lilac yacía inmóvil en los brazos de Alaric, su respiración era superficial mientras la sangre se filtraba a través de la seda coral de su vestido. La daga encantada pulsaba con energía oscura donde sobresalía entre sus omóplatos, su empuñadura de obsidiana absorbía la luz. La habitación quedó atóni...

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