110

Mi cuerpo se puso rígido, demasiado aturdido para pensar. El beso fue como una inundación, abrumando mi mente hasta dejarla en blanco.

¿Cómo podía hacer algo así? Intenté protestar, pero él no cedió. Tragándose todas mis palabras, se movió, aprisionándome en sus brazos.

Su palma detrás de mi cabeza ...

Inicia sesión y continúa leyendo