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Me quedé paralizada, con el corazón acelerado, mientras la voz de Leon resonaba afuera, rompiendo el silencio de la noche.

—Lucas, Víctor, tomen sus posiciones, tenemos movimiento.

Diego, tenía que ser. Mi mente se llenó de caos, imaginando lo peor. Visiones de los hombres de Diego invadiendo nues...

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