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Los ojos de Ana, brillantes con expectativas, se abrieron más cuando Leon entró en la habitación, su expresión sombría y sospechosa. Las velas parpadeantes reflejaban sombras en su rostro, resaltando las profundas líneas grabadas en su frente.

—¿Qué pasa?— preguntó Ana, su voz temblorosa, sus manos...

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