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Corrí hacia la casa y vi a mis hijos llorando desconsoladamente. Sentí una punzada de ira hacia Ana.

—Pequeños, lo siento mucho— dije abrazando a mis hijos.

—Mamá, ¿por qué nos dejaste aquí solos?— preguntó Emily —Te llamamos pero no estabas en ningún lado.

—Es verdad— apoyó Alex.

Las lágrimas c...

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