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Desde la perspectiva de Diego

Perplejo, me quedé con los brazos cruzados sobre el pecho, sonriendo con suficiencia a Leon, quien se acercaba con el cuchillo contra la garganta de un guardia. Miré de Ana a Ramos y luego de vuelta a Leon.

—¿Es esto lo mejor que puedes hacer? —pregunté aclarando la g...

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