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Mi corazón casi saltó de mi pecho, el miedo apoderándose de mí.

El temor era tan intenso que, sin darme cuenta, mis dedos se clavaron en el colchón debajo de mí.

Mis ojos se movían erráticamente por la habitación, buscando una ruta de escape.

No era la primera vez que escapaba; aunque siempre hab...

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