Capítulo 18

  • Sierra *

Miré el reloj al lado de su cama y vi la hora.

—Deberíamos vestirnos —le susurré al oído. Me atrajo hacia su cálido cuerpo desnudo y pude sentir su pene endureciéndose.

—Aún no, no hemos terminado.

Su mano acarició mis pechos y usó sus dedos para jugar con mis pezones. Parece que sabe có...

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