Confesiones

—Hola, Nani. No pensé que hablabas en serio cuando me dijiste que volverías aquí. ¿Pasa algo? —preguntó Madeline mientras la recibía en su sala de estar.

—Gracias a la diosa, Madeline, y estoy muy agradecida por tu ayuda. Sabrina, la bruja, ya no está.

Madeline asintió en afirmación. —Es justo com...

Inicia sesión y continúa leyendo