Capítulo 2.150

Horas habían pasado, pero Christian aún no había movido un músculo. Muchos se habían ido del lado de la tumba con lágrimas en los ojos o habían salido a tomar aire, pero no Christian.

—Está bien llorar, Christian —le dije mientras rodeaba su hombro con mi brazo y me apoyaba en su pecho—. Si quieres...

Inicia sesión y continúa leyendo