Capítulo 35

Beckett se quitó el abrigo y lo colocó cuidadosamente sobre el respaldo de una silla, revelando su camisa blanca impecable debajo. Incluso a través de la tela, podía ver la solidez de su pecho, las líneas fuertes de sus hombros. Tragué saliva con fuerza cuando se volvió hacia mí, erguido y expectant...

Inicia sesión y continúa leyendo