Capítulo dieciocho

Alexia se despertó por la mañana con golpes en su puerta.

—Alexia, ven y abre esta puerta. El desayuno está listo, tienes que levantarte de esa cama y darte un baño. ¡Alexia! Despierta ahora mismo.

Alexia escuchó a su madre gritar desde el otro lado de la puerta y se puso nerviosa. No podía abrir ...

Inicia sesión y continúa leyendo