27. Intrusos

—Joder, nena, eres tan sucia —gimió Wendy, empujando su trasero hacia atrás, desesperada por ser llenada de nuevo.

Su coño goteaba en el mostrador en hilos pegajosos, su clítoris palpitaba por la excitación.

Él escupió en su ano.

El espeso escupitajo cayó fresco y resbaladizo, haciendo que su agu...

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