38. Ponte de rodillas, mami

El embate fue repentino y brutal.

Su polla llenó su coño hasta el fondo, estirando sus paredes en una sola y abrasadora embestida.

Un grito profundo se escapó de su garganta mientras él comenzaba a follarla, sin darle un momento para recuperar el aliento.

Sus embestidas eran brutales, y a ella le...

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