19. Mi asqueroso corderito II

Su nariz rozó su clítoris mientras su lengua se adentraba en su agujero, follándola con empujones húmedos y torpes.

Schlop-schlop-schlop.

El sonido resonaba débilmente en el pasillo vacío, una alabanza obscena a su fornicación y blasfemia.

Él lamió su hinchado clítoris con la punta de su leng...

Inicia sesión y continúa leyendo